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Desde las bases: empoderar la supervisión local de los recursos extractivos

Un nuevo estudio examina cómo se podría empoderar a las comunidades locales para que participen en la supervisión del sector extractivo

La pandemia de COVID-19 ha sumido a los países ricos en recursos en una triple crisis, y las comunidades que dependen de los ingresos de origen extractivo se ven particularmente afectadas. El hecho de que la gestión del sector extractivo esté sujeta a rendición de cuentas es más importante que nunca, en un contexto en el que las comunidades se enfrentan a caídas en los ingresos, el nivel de empleo del sector y las contribuciones sociales que antes le servían de sostén. Sin embargo, muy rara vez se consulta a las comunidades acerca de los efectos más amplios que estos cambios probablemente produzcan.

Para poder contribuir al debate sobre la gestión de los recursos naturales, las comunidades deben tener acceso a la información pertinente. Los países que implementan el Estándar EITI divulgan datos acerca del impacto local del sector, incluidos el régimen fiscal aplicable, los pagos y transferencias subnacionales, el monitoreo y los pagos relativos al ambiente, y las cuestiones de género.

Sin embargo, para que estos datos resulten útiles, es necesario empoderar a las comunidades para utilizarlos. Una nueva investigación, encargada por el EITI con el apoyo de la Fundación Ford, examina algunas oportunidades mediante las cuales el EITI podría mejorar su ayuda para empoderar a las comunidades y organizaciones de la sociedad civil (OSC) locales con vistas a su participación en la gestión de los recursos extractivos.

Estos estudios, desarrollados por consultores independientes, ponen la mirada en regiones de Colombia (Buriticá), Ghana (Obuasi) e Indonesia (Samarinda y Palu), cada una de las cuales se ha visto afectada de un modo único por las actividades extractivas. En ellos se destacan las siguientes áreas en las que el EITI podría mejorar su labor.  

1. Identificar las barreras que afectan la participación 

Los estudios detectaron la necesidad de hacer un relevamiento de las redes locales, los problemas fundamentales asociados al impacto de las industrias extractivas, y los factores políticos y socioeconómicos que obstruyen la participación de la comunidad en la gestión del sector.

Según esta investigación, las OSC locales y las organizaciones basadas en la comunidad (CBO) a menudo tienen dificultades para obtener financiación y sufren carencias de conocimientos, especialmente en lo que respecta a asuntos técnicos. En Buriticá, las OSC se enfrentan a barreras como, por ejemplo, los niveles de alfabetización promedio, la falta de recursos básicos y problemas de seguridad, que obstaculizan su participación en iniciativas como el EITI.

Para que los intereses de las comunidades locales puedan ser tenidos en cuenta, es necesario que el proceso del EITI haga partícipes a diversos grupos. Los estudios desarrollados en Obuasi y Buriticá destacan la importancia de incluir a las mujeres, reconociendo el papel fundamental que desempeñan en las comunidades, especialmente en relación con la salud, la educación y la familia. Sin embargo, a la hora de participar en el sector extractivo, las mujeres se encuentran con grandes barreras. Por otra parte, hacen falta más actividades de sensibilización para involucrar a los grupos indígenas, los líderes rurales y las personas jóvenes, cuyas voces son cruciales en los debates locales acerca del sector.

2. Promover formas innovadoras de difundir datos

La tarea de comunicar y difundir a las comunidades locales los datos relativos al EITI de un modo accesible sigue siendo un gran desafío. La falta de involucramiento sistemático, de contenidos y canales accesibles, de financiamiento y de capacidad contribuye a explicar las carencias en la participación de los actores locales en cuestiones relativas a las industrias extractivas. Las actividades de comunicación y participación en Ghana e Indonesia suelen ser de carácter ad hoc, y los Informes EITI se comparten sin que haya mecanismos establecidos para que las partes interesadas puedan aportar su opinión y así debatir las conclusiones que son más relevantes para ellas.

La investigación reveló que los datos informados a través del EITI abordan parcialmente las exigencias locales. Sin embargo, es necesario seguir estudiando cómo estos datos podrían complementar otras fuentes de información del gobierno, la industria, la sociedad civil, los medios de comunicación y el ámbito académico, que normalmente no participan en la implementación del EITI.

En Obuasi, las comunidades están especialmente interesadas en saber cuáles son los organismos que supervisan el sistema de regalías, cómo responsabilizarlos por su conducta, y cómo comunicar las quejas. También les preocupa saber si los ingresos se invirtieron o no en el acceso al agua, las vías de transporte y la conectividad. En Samarinda y Palu, las partes interesadas hicieron hincapié en la importancia de los datos a los fines de exponer y prevenir las prácticas de corrupción y de responsabilizar al gobierno y las empresas por los daños ambientales y las violaciones a los derechos humanos.

3. Fortalecer la implicación y la confianza

Los grupos multipartícipes del EITI cuentan con oportunidades para fortalecer su implicación con los actores locales y capitalizar las vibrantes redes interesadas en el impacto de las actividades extractivas.

Por ejemplo, la Asamblea Comunitaria de Buriticá ofrece programas que ayudan a las comunidades afectadas por las industrias extractivas. En Obuasi, AngloGold Ashanti celebra reuniones abiertas a la comunidad en forma periódica, y existe una variada red de grupos de jóvenes, asociaciones de mujeres y centros comunitarios de información. Si se mantiene una participación habitual en ellos, estos foros pueden constituir un espacio significativo para debatir los datos concernientes al EITI.  

En Indonesia, las relaciones entre las comunidades, los funcionarios del gobierno local y las empresas extractivas a menudo se ven menoscabadas por la desconfianza, y algunas comunidades se oponen abiertamente a las actividades extractivas. Los foros multipartícipes constituidos a nivel nacional no necesariamente se ven emulados en el plano local, donde las repercusiones sociales y ambientales de las actividades extractivas suelen ser más marcadas.

El desarrollo de una labor de sensibilización y comunicación con las comunidades respecto del impacto del sector extractivo podría ayudar a promover el diálogo y generar confianza. En los contextos donde las restricciones al espacio cívico están aumentando o se ven exacerbadas por la pandemia de COVID-19, el EITI puede ayudar a mantener vigentes las disposiciones del Protocolo para la sociedad civil a nivel local.

Mejorar la ayuda tendiente a la participación de la comunidad

A partir de las enseñanzas ofrecidas por Colombia, Ghana e Indonesia, estos estudios brindan una serie de recomendaciones relativas a la participación de la comunidad que resultan relevantes para toda la comunidad del EITI en general. El Secretariado Internacional trabajará con las partes interesadas en los países que sean pertinentes con vistas a poner en práctica las recomendaciones. Existe una gran demanda de material orientativo y de aprendizaje entre pares sobre los Requisitos EITI cuyo contenido esté actualizado y donde se aborde el impacto local de las industrias extractivas, incluidos los pagos y transferencias subnacionales, el monitoreo ambiental, la contribución del sector al desarrollo local y el impacto de la crisis de COVID-19 sobre las comunidades. Movilizar apoyo para establecer comunicaciones estratégicas ayudará también a demostrar el vínculo entre la implementación del EITI y los asuntos de interés para los ciudadanos, como la lucha contra la corrupción, la movilización de recursos internos, la transición energética y el desarrollo sostenible.

Para que los datos sobre las actividades extractivas generen impacto, deben ser objeto de análisis y debate por parte de los ciudadanos a quienes pertenecen los recursos naturales del país. Divulgar los datos en un formato abierto y accesible es un buen punto de partida. Sin embargo, a efectos de generar un debate significativo, el EITI debería ayudar a empoderar a las comunidades locales para que interactúen con los datos y ejerzan influencia en la toma de decisiones.

Lea el informe

 

Foto: Mural Parque Educativo en Buriticá, Colombia. Artista: Rodrigo Quintero. Foto de Patricia Gamba