
Transparencia y buena gobernanza: dos pilares fundamentales para el financiamiento del desarrollo
Helen Clark explica cómo la transparencia y buena gobernanza en el sector extractivo pueden ayudar a movilizar fondos para el desarrollo sostenible.
Este artículo es una adaptación del discurso principal pronunciado por la M. Hble. Helen Clark, presidenta del Consejo EITI, en la Conferencia Norad 2025.
La Agenda de Acción de Addis Abeba de 2015 exhortó a movilizar todas las fuentes de financiamiento posibles: nacionales e internacionales, públicas y privadas. Mientras los Estados Miembros de las Naciones Unidas trabajan para actualizar la agenda de Addis, han ido surgiendo nuevos desafíos: la presión sobre los recursos fiscales provocada por la pandemia de COVID-19, el crecimiento del endeudamiento en los países de ingresos bajos y medianos, y la necesidad cada vez más acuciante de financiar iniciativas de adaptación y mitigación frente al cambio climático.
La riqueza de recursos naturales y la movilización de ingresos nacionales son cruciales para fomentar el crecimiento económico sostenible y la resiliencia.
En este contexto, la riqueza de recursos naturales y la movilización de ingresos nacionales son cruciales para fomentar el crecimiento económico sostenible y la resiliencia.
Fortalecer la movilización de ingresos nacionales a través de una buena gobernanza
Cincuenta y cinco países implementan el Estándar EITI, de los cuales la mitad se encuentra en África. De esta forma, se comprometen a garantizar que los ingresos por recursos naturales beneficien a sus ciudadanos y contribuyan al desarrollo sostenible. Una buena gobernanza en el sector extractivo puede generar empleo, impulsar el crecimiento sostenible y atraer inversiones. Esto, sin embargo, no es algo que suceda de forma automática, sino que requiere inversiones estratégicas en instituciones, leyes, políticas y prácticas que hagan posible que la movilización de ingresos nacionales alcance su máximo nivel.
Esta movilización tiene un gran potencial. Los ingresos informados por el conjunto de los países miembros del EITI ascienden a entre USD 130.000 y 350.000 millones. Esto a menudo constituye un porcentaje sustancial del PIB, los ingresos gubernamentales y las exportaciones. En los últimos siete años, el sector extractivo ha representado entre el 20 y el 95 por ciento de los ingresos gubernamentales en 34 países implementadores del EITI, de los cuales 14 están entre los Países Menos Desarrollados (PMD), según la clasificación de las Naciones Unidas.
En los últimos siete años, el sector extractivo ha representado entre el 20 y el 95 por ciento de los ingresos gubernamentales en 34 países implementadores del EITI.
Cuando se fundó el EITI hace dos décadas, era evidente que la extracción de recursos naturales operaba como un factor habitual de corrupción y flujos financieros ilícitos, en vez de ser un agente de desarrollo inclusivo y movilización de ingresos nacionales. Desde entonces, el EITI ha ayudado a impulsar reformas clave, cuyos efectos se extienden más allá del sector extractivo. Algunos de ellos son:
- Convertir a la transparencia en la regla general a lo largo de la cadena de valor de los recursos. La transparencia no debería ser la excepción, sino una práctica generalizada. El EITI exige que se divulguen íntegramente los contratos extractivos, las licencias otorgadas, los beneficiarios reales y los pagos, todo lo cual es vital para combatir la corrupción. Para ello, hacen falta reformas de las leyes y las políticas, así como la capacidad para implementarlas. Las empresas estatales en particular deben estar sujetas a estándares elevados de transparencia y rendición de cuentas.
- Optimizar la movilización de ingresos nacionales mediante políticas tributarias más robustas. Los flujos financieros ilícitos, la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios socavan los regímenes tributarios, y es necesario identificarlos y abordarlos. En este sentido, Inspectores Fiscales Sin Fronteras ha sido una valiosa iniciativa de PNUD-OCDE, que moviliza a expertos en materia tributaria de países del norte y el sur con miras a fortalecer la capacidad de recaudación de impuestos en los países ricos en recursos naturales.
- Promover la transparencia en la elaboración de presupuestos y la asignación de ingresos. La recaudación y el gasto de los ingresos públicos pueden ser poco transparentes e ineficientes. Los ciudadanos tienen derecho a saber de dónde proviene y cómo se gasta el dinero. De igual modo, la transparencia a nivel subnacional es fundamental para garantizar que los ingresos de origen extractivo estén alineados con las necesidades de desarrollo locales.
- Fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas multipartícipes. El EITI opera a través de plataformas multipartícipes tanto a nivel global como nacional. Estas plataformas —que abarcan al gobierno, la industria y la sociedad civil— ayudan a identificar y contrarrestar los desafíos en materia de gobernanza que afectan la movilización de ingresos nacionales. Además, son esenciales para ampliar el debate público sobre los ingresos procedentes del sector extractivo.
La gobernanza en la era de la transición energética
Los países ricos en minerales críticos están ante una oportunidad única para capitalizar su riqueza de recursos, pero también se enfrentan a importantes riesgos. Un fuerte aumento de las actividades exploratorias y extractivas puede derivar en una gobernanza deficiente, sobornos, contratos desfavorables para los países y las comunidades, y estándares socioambientales laxos. Una gobernanza sólida es vital para mitigar estos riesgos y asegurarse de que la movilización de ingresos contribuya al desarrollo sostenible.
Los países ricos en minerales críticos están ante una oportunidad única para capitalizar su riqueza de recursos, pero también se enfrentan a importantes riesgos.
El reciente informe del Panel del Secretario General de las Naciones Unidas sobre Minerales Críticos para la Transición Energética destaca que los países ricos en recursos deben adoptar políticas deliberadas y sostenibles para promover la generación de valor agregado y desarrollar industrias nacionales. Sin ello, muchos países corren el riesgo de quedar atrapados en un ciclo de extracción de recursos de poco valor, precios volátiles y bajos retornos de ingresos.
La necesidad imperiosa de actuar
La Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo próxima a celebrarse en junio se presenta como una oportunidad para desarrollar un nuevo marco de financiamiento que aborde los desafíos del presente. La eficacia en la movilización de ingresos nacionales es vital a tal fin. Para los países ricos en recursos, especialmente aquellos que poseen minerales críticos, esta es una oportunidad que no deberían desaprovechar. Sin embargo, para tener éxito se necesitan instituciones fuertes, políticas sólidas y mecanismos de implementación robustos, que permitan transformar el potencial en prosperidad.
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