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Un vistazo detrás de la cortina de la COP27: la importancia de la gobernanza de los recursos para lograr una transición justa

Los estándares globales como el EITI pueden desempeñar un papel crucial a los fines de promover una transición energética justa y ecuánime.

La justicia climática encabezó la lista de asuntos prioritarios en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año, donde se llevaron a cabo negociaciones de alto nivel que culminaron con un acuerdo histórico para crear un fondo de pérdidas y daños destinado a los países vulnerables afectados por desastres climáticos. 

Ahora viene la parte difícil: ¿cómo incentivar la cooperación global y evitar una nueva promesa incumplida?

A la hora de abordar las desigualdades globales, resulta indispensable contar con un estándar mundial para la buena gobernanza de los recursos naturales. Sin embargo, la gobernanza y la corrupción son aspectos de los proyectos mineros y energéticos a los que todavía se dedica poca atención. Los organismos internacionales, los gobiernos, las empresas y la sociedad civil no deberían ignorar los desafíos de gobernanza y socioambientales que trae aparejados la transición mundial hacia una economía con bajas emisiones de carbono.

Una transición energética que beneficie a todos

Cada vez se reconoce más la necesidad de respetar los derechos de las comunidades que viven cerca de proyectos vinculados a los combustibles fósiles, los minerales utilizados en la transición energética y las energías renovables. Sin embargo, encontrar un equilibrio entre la urgencia de las acciones climáticas globales y los derechos de las comunidades sigue siendo un dilema complejo. Un importante porcentaje de los minerales necesarios para la transición energética se encuentra en países de ingresos bajos y medianos, a menudo en zonas socioambientalmente sensibles. Según el informe más reciente del EITI, el 80 % de los proyectos de explotación de los minerales utilizados en la transición energética que tienen lugar en los países implementadores del EITI se encuentran en territorios de comunidades indígenas y vinculadas a la tierra, y el 50 % se superponen con áreas de conservación.

Una clara muestra de ello es el impacto que ha tenido la minería de litio en las comunidades indígenas de Chile, tal como se destacó en un evento paralelo de la COP27 sobre el empoderamiento de las comunidades con vistas a una transición justa, organizado conjuntamente por el EITI y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). Este ejemplo pone de manifiesto la importancia de incluir a las partes interesadas cuyos medios de vida se ven directamente afectados (incluidas aquellas partes más vulnerables) en la toma de decisiones sobre proyectos extractivos y energéticos.

A la hora de abordar las desigualdades globales, resulta indispensable contar con un estándar mundial para la buena gobernanza de los recursos naturales.

Si bien la transición energética puede traer consigo oportunidades para la generación de flujos de ingresos, empleo e inversiones comunitarias en el ámbito local, también conlleva riesgos considerables. Tal como se destacó en un panel de la COP27 sobre el verdadero costo de una transición energética justa, las comunidades deben tener acceso a los datos pertinentes e influencia en las decisiones que las afectan. A tal fin, el EITI ofrece una plataforma para el diálogo con miras a garantizar una mejor representación de los intereses de las comunidades. 

COP27 side event on empowering communities for a just transition
Distintas partes interesadas debaten sobre la importancia de involucrar a las comunidades en las decisiones concernientes al clima en un evento paralelo de la COP27 organizado conjuntamente por el EITI e IRENA.  Foto: Secretariado Internacional EITI.

Un equilibrio complejo

La necesidad de efectuar una transición rápida hacia fuentes energéticas renovables y, al mismo tiempo, aumentar el acceso a la energía, fue uno de los temas más importantes de la COP27. En efecto, muchas naciones están enfrentándose al desafío de conciliar los objetivos de descarbonización con las prioridades atinentes al desarrollo económico y la seguridad energética.

Esto es especialmente importante en muchos países africanos que buscan desarrollar sus recursos, así como en los países europeos, que aspiran a asegurarse el suministro de gas natural a largo plazo. En la segunda edición del Diálogo Africano sobre Energía del EITI, celebrada el mes pasado, dirigentes gubernamentales e industriales conversaron con franqueza sobre cuestiones que los países africanos deberían tener en cuenta en un contexto en el que reciben cada vez más presión de distintos actores internacionales para dejar atrás los combustibles fósiles.

A medida que la demanda de petróleo y gas vaya mutando, los países ricos en recursos deberán prepararse para las repercusiones económicas de la transición, especialmente en los casos en que los ingresos públicos corran riesgo. Un estudio de la Iniciativa de Seguimiento del Carbono (Carbon Tracker Initiative) destaca que la realización de nuevas inversiones en combustibles fósiles podría traducirse en que África pierda la oportunidad de desarrollar su potencial económico en el sector de las energías renovables.

El auge previsto de los minerales para la transición energética

Según el último informe del EITI, es probable que un importante porcentaje de la creciente demanda de minerales para la transición energética sea satisfecho por los países implementadores del EITI, muchos de los cuales poseen grandes porciones de reservas y recursos minerales identificados.

En países como la República Democrática del Congo, una buena gobernanza es fundamental para que el crecimiento de la demanda de los minerales empleados en la transición energética se traduzca en resultados de desarrollo sostenibles. Así lo subrayó el Gobierno de la República Democrática del Congo en un evento paralelo organizado conjuntamente con el EITI, ICMM y el Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales (NRGI). Tal como se puso de manifiesto en un debate organizado por la Alianza Energética de África y la UE (Africa-EU Energy Partnership), si se quiere que la riqueza mineral de África sirva de catapulta para promover el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 de las Naciones Unidas, es necesario que los riesgos de gobernanza y corrupción se aborden con seriedad.

Es probable que un importante porcentaje de la creciente demanda de minerales para la transición energética sea satisfecho por los países implementadores del EITI

El llamado a la acción para fortalecer la gobernanza de la minería va más allá de África. Indonesia y Filipinas representan casi la mitad de la producción mundial de níquel, mientras que las reservas globales de litio se encuentran mayormente concentradas en Sudamérica. Los estándares globales como el EITI pueden ayudar a los gobiernos en sus esfuerzos por anticiparse al auge previsto en la demanda de minerales.

COP27 side event on climate finance
El director ejecutivo adjunto del EITI, Bady Baldé, destaca la importancia de fortalecer la gobernanza de las cadenas de valor de los minerales necesarios para la transición energética en un evento paralelo de la COP27 organizado por la Fundación Ford y Cultural Survival, Inc. Foto: Secretariado Internacional EITI.

El ascenso de las energías renovables

A medida que el desarrollo de tecnologías para la producción de energía con bajas emisiones de carbono se acelere, se invertirán enormes sumas de capital en un período de tiempo breve. En este sentido, es necesario tomar medidas colectivas urgentes para mitigar los riesgos de corrupción en el sector de las energías renovables, valiéndose de las enseñanzas aportadas por las industrias extractivas. Según el Centro de Recursos Anticorrupción U4 (U4 Anti-Corruption Resource Centre), un auge de inversiones puede dar lugar a múltiples formas de corrupción en el sector de las energías renovables. La presencia de una gobernanza débil y normativas sobre debida diligencia rigurosas podría desalentar la realización de inversiones y perjudicar a los países productores de “alto riesgo”, lo cual profundizaría aún más la brecha entre los países de ingresos bajos y los de ingresos altos.

Si no se las gestiona adecuadamente, las inversiones destinadas a energías renovables (especialmente a tecnologías emergentes como el hidrógeno verde) pueden exacerbar los riesgos de corrupción en los ambientes con marcos jurídicos e institucionales poco desarrollados. Un auge en la demanda puede conducir a un deterioro de los mecanismos regulatorios de salvaguarda, lo cual, a su vez, podría facilitar diversas formas de corrupción, como la captura institucional, la búsqueda de rentas, el nepotismo, los sobornos, la manipulación de licitaciones y la colusión.

En este punto crucial, es fundamental que se tomen medidas urgentes. En un escenario en el que la comunidad global busca avanzar hacia un futuro con bajas emisiones de carbono que sea inclusivo, sostenible y justo, la aplicación de un enfoque multipartícipe será fundamental a fin de garantizar que no se deje a nadie atrás. 

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rafapress / Shutterstock.com