Declaración de la Presidenta del Consejo EITI sobre el caso de soborno de Glencore
Declaración a cargo de la Muy Honorable Helen Clark
Observo con profunda preocupación el anuncio hecho por las autoridades estadounidenses de que la empresa de minería y comercio de materias primas Glencore ha admitido haber pagado sobornos a funcionarios durante más de una década para asegurarse contratos de petróleo o evitar auditorías gubernamentales en Nigeria, el Camerún, Côte d’Ivoire, Guinea Ecuatorial, el Brasil, Venezuela y la República Democrática del Congo.
Estas prácticas socavan la confianza pública y sustraen a los ciudadanos los beneficios de sus recursos naturales. Asimismo, suponen una contradicción directa de los Principios EITI.
Glencore ha admitido su mala conducta tras las investigaciones estadounidenses de soborno y manipulación del mercado, lo cual vulnera la ley estadounidense sobre prácticas corruptas en el extranjero (conocida como FCPA, por sus siglas en inglés). Varias de las acusaciones se atribuyen a sobornos realizados a través de terceras partes intermediarias a fin de asegurarse negocios con empresas de titularidad estatal en diversos países. Este comportamiento contradice tanto el espíritu como la letra de las Expectativas sobre las empresas de respaldo al EITI, que encarnan los compromisos de las empresas sobre transparencia corporativa y rendición de cuentas.
Se espera que todas las empresas de respaldo al EITI, incluida Glencore, respeten altos estándares de transparencia, se comprometan a emprender procesos rigurosos de diligencia debida y publiquen una política anticorrupción, que establezca la manera en la que la empresa gestiona los riesgos de corrupción.
Insto a todas las empresas de respaldo al EITI a observar estas expectativas, así como las directrices de presentación de informes EITI.
Si bien celebro las recientes medidas adoptadas por Glencore para poner remedio a la situación, aliento su participación activa en el Grupo de Trabajo del EITI sobre el Comercio de Materias Primas para garantizar que aprendamos de esta desafortunada experiencia e identifiquemos cómo prevenir que esto vuelva a ocurrir, lo que incluye la estricta observación de la propia política anticorrupción de la empresa.
Aplaudo a las autoridades de los Estados Unidos y el Reino Unido por sus exhaustivas investigaciones, e insto a los gobiernos de los países miembros del EITI —en particular los del Camerún, Côte d’Ivoire, la República Democrática del Congo y Nigeria— a examinar estos casos, tomar medidas urgentes e instaurar medidas de prevención adecuadas.
El EITI ofrece herramientas pertinentes que respaldan un mayor grado de transparencia, incluidas sus Directrices para la presentación de informes, de carácter voluntario y dirigidas a las empresas que compran petróleo, gas y minerales a los gobiernos. Estas incluyen disposiciones sobre la divulgación de información de intermediarios y agentes externos, un ámbito considerado como de alto riesgo de vulnerabilidad ante la corrupción cuando el Grupo de Trabajo del EITI sobre el Comercio de Materias Primas redactó las directrices en 2020.
Además, los gobiernos de los países implementadores del EITI están obligados a divulgar información relacionada con las empresas de titularidad estatal que operan en el sector extractivo, incluidas las transacciones relacionadas con las ventas de petróleo en nombre de gobiernos y la transferencia de beneficios a las cuentas del gobierno.
Este caso es un claro recordatorio a todas las empresas que respaldan el EITI y a los gobiernos que implementan el Estándar EITI, a fin de que redoblen sus esfuerzos para eliminar la corrupción. Si actúan en consonancia con el Estándar EITI, las Expectativas sobre las empresas de respaldo al EITI y el Código de Conducta, pueden mantener la confianza pública en su propia integridad y en la integridad del EITI.