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La colaboración internacional en pos de la reforma del sector extractivo y una transición energética justa

En su intervención del 25 de mayo en la Mesa Redonda Global de las Naciones Unidas sobre las Industrias Extractivas como Motor del Desarrollo Sostenible, el director ejecutivo del EITI, Mark Robinson, explicó la labor que desarrolla el EITI para ayudar a los países a maximizar los beneficios de los recursos en favor de sus ciudadanos y planificar la transición energética. La sesión contó con la participación de expertos de los gobiernos, la industria y la sociedad civil, y estuvo encabezada por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.

La presencia de recursos petrolíferos, gasíferos y minerales alberga el potencial de transformar las sociedades y las economías. Sin embargo, ocurre con demasiada frecuencia que la rendición de cuentas se ve debilitada por el secretismo y la opacidad, lo cual produce retrasos y retrocesos en el ámbito del desarrollo sostenible.

El EITI congrega a 55 países ricos en recursos bajo la visión común de que la riqueza generada por las industrias extractivas debe beneficiar principalmente a la ciudadanía de cada país. Su contribución a los fines de materializar esta visión ha consistido en desarrollar un estándar global que promueve una gestión de los recursos naturales abierta, sujeta a rendición de cuentas e inclusiva.

El EITI trabaja con miras a robustecer la lucha contra la corrupción, promover inversiones que generen empleo, y movilizar ingresos para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), además de fomentar condiciones de competencia igualitarias para las empresas. Todos estos son objetivos de vital importancia en el contexto de recuperación posterior a la pandemia.

El EITI se funda en una estructura de gobierno multipartícipe en la cual los gobiernos, las empresas y la sociedad civil cuentan con una representación equitativa, y goza de una posición única para ejercer un papel fundamental a efectos de orientar los debates de políticas y apoyar la implementación de soluciones innovadoras. A partir de la experiencia de nuestros 55 países miembros, instamos a los gobiernos de los países ricos en recursos que hoy se encuentran representados en esta Mesa Redonda de las Naciones Unidas sobre las Industrias Extractivas a que se unan al EITI y se comprometan a instaurar la transparencia y la rendición de cuentas en el sector de los recursos.

La transición energética genera oportunidades y desafíos para los países ricos en recursos, y el EITI está dándole un lugar central entre sus prioridades estratégicas, lo cual procuramos materializar alentando a los países a que utilicen datos para guiar sus decisiones, convocando a los creadores de políticas para que consideren las repercusiones de la transición energética, y mostrando cómo el EITI puede inspirar acciones climáticas durante la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP26) y más allá de ella.

Somos conscientes de que los efectos de la transición en cada país miembro del EITI serán diferentes, dependiendo de su contexto, capacidades y recursos. Y también reconocemos que muchos países del EITI tienen necesidades energéticas urgentes. Es por ello que evitamos adoptar un enfoque único para todos los casos, y nos adecuamos a las prioridades nacionales y locales.

La transición energética ofrece una excelente oportunidad para los países proveedores de minerales estratégicos, dado el rápido crecimiento de la demanda y los precios favorables. Para que los países puedan sacar provecho de esta oportunidad, es indispensable que la producción se lleve a cabo de forma responsable, transparente e inclusiva, y que los ingresos obtenidos se destinen a financiar los ODS.

Por el contrario, los países dependientes del carbón y el petróleo enfrentarán considerables desafíos a medida que la demanda caiga y comience una era de precios volátiles. Los datos divulgados en virtud del EITI y su plataforma multipartícipe a nivel nacional pueden aportar sustento para la adopción de políticas que contribuyan a la transición energética y a la implementación de reformas que están pendientes desde hace ya mucho tiempo. Entre ellas se encuentra la eliminación gradual de los subsidios al carbón y el petróleo, así como la promoción de fuentes de empleo alternativas para garantizar una transición justa.

Por último, los grupos multipartícipes nacionales del EITI pueden desempeñar un papel clave, informando a la ciudadanía acerca de los costos y beneficios de la transición energética y garantizando que las comunidades locales puedan formar parte del diálogo público en torno a dicha transición.

En sus palabras de cierre, la  Vicesecretaria General de las Naciones Unidas, Amina J. Mohammed, destacó la necesidad de fortalecer la transparencia y medidas de buena gobernanza en el sector extractivo, “mejorando la coordinación y el intercambio de información con el apoyo colaborativo de movimientos como la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI)”.

Amina Mohammed transmitió la voluntad de las Naciones Unidas de trabajar con diversas partes interesadas en la creación de un Grupo de Trabajo sobre las Industrias Extractivas que ayude a transformar el sector y a marcar el camino hacia una transición justa.